Artesanía y género: hombres tejedores, mujeres carpinteras

Artesania y generoSi me preguntan: ¿conoces a un hombre que teje? Les podría contestar: Sí, a dos, al hombre araña y a mi amigo Claudio, un valiente.

¿Por qué valiente? Porque en la sociedad en que vivimos un hombre tejedor es visto, como el hombre araña, como un bicho raro. Pero cada vez menos, por suerte.

Todavía me acuerdo que hace algunos años la maestra de mi hija Lucía le preguntó en qué trabajaba su madre. “Es carpintera” le dijo Lu, y la maestra consultó a mi madre para saber si era verdad, porque le costaba creerlo. No me es difícil hoy imaginar lo que pensaría: “¿Les cebará mate a los carpinteros?” o “Seguramente es la secretaria”. Bien, no soy carpintera, pero sí artesana trabajando en un entorno de carpintería ¿Les parece raro? Quizás no les parezca raro ahora, pero les aseguro que los vecinos me miraban de reojo cuando me veían aserrando un tablón.

Hoy me interesa la construcción ¿Qué piensan las personas cuando me ven mezclando arena y portland? ◔_◔ ¿Les parece raro? Sí, pero no tanto como hace unos años.

Afortunadamente, no todo el desarrollo del hombre es malo. Como humanos vamos evolucionando y esto implica algunos problemas, ambientales por ejemplo, pero poco a poco van desapareciendo las creencias de género implícitas en el trabajo manual, lo cual va destruyendo modelos erróneos de cuál es el trabajo adecuado para el hombre y cuál para la mujer.

Artesanía y género

Uno de los problemas de género en la artesanía es de discriminación. Pensemos, todos lo hacemos, desde el momento en que pensamos que es raro que un hombre trabaje con una máquina de coser o que una mujer se dedique a la fundición, por ejemplo.

Tenemos que dejar de pensar de esa forma, porque lo que estamos haciendo es reforzando la discriminación y restringiendo la libertad de expresión, la libertad de elegir oficio y frustrando a las personas.

Como individuos podemos hacer mucho, basta un acto, unas palabras, una mirada de reojo. De esta forma no sólo estaremos ejerciendo violencia contra la persona, sino que estamos diciéndole a todos:

Los hombres No Tejen. Las mujeres no martillan.

Todas nuestras actitudes fortalecen creencias, somos ejemplos vivientes, y vamos construyendo así el mundo.

hombre-teje

Muchas de esas ideas preconcebidas construyen conceptos erróneos sobre los roles del hombre y de la mujer, por ejemplo, la idea de que un hombre que hace un trabajo manual trabaja, mientras que una mujer que teje desarrolla un hobby.

Sin embargo, el rol impuesto de la mujer tejiendo para hijos y nietos como una tarea del hogar, práctica y decorativa, se va revirtiendo, y cada vez más mujeres y hombres trabajan con sus manos para crear no solo tejidos para sus seres queridos sino artesanías de valor que se cotizan en el mercado.

La creencia de que las labores manuales femeninas no son un trabajo, es también una forma de violencia doméstica.


Yarnbombing contra la discriminación de género

El tejido también se comienza a percibir como un arte y muchos artistas lo utilizan en sus creaciones.

Estas prácticas de yarnbombing difunden mensajes, algunos de ellos contra las diferencias de género y como forma de rechazar la invisibilidad del trabajo manual de las mujeres.

Aquí, hombres y mujeres voluntarios tejen un Yarnbombing contra la violencia doméstica.

yarnbombing


Craftivismo por la diversidad sexual

Les presento a Lucas Haynes, un artista tejedor muy talentoso que ha expresado su parecer con humor: «Las preferencias sexuales surgen con más frecuencia que cualquier otro juicio. Me gustaría tener una camiseta que dijera:

«Hola, soy Lucas y soy un tejedor heterosexual”.

lucas-haynes

¡Y vaya que es un buen tejedor!. El trabajo de Lucas es una belleza. ❤

lucas-haynes-work

Lucas Haynes work vía seattletechnicalbooks 

Puedes seguir leyendo sobre este tema en Queer: Activismo y artesanía por la diversidad.

Gracias por darte una vueltita por mi diario artesanal♥ ஐ

Imágenes: jordan-hamiltonblog.seattletechnicalbooks.

Imagen de portada: Mateo de onemancrochet.

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3 comentarios

  1. Soy mujer, aficionada a la albañilería de forma activa. apasionada de los trabajos artesanales y hacedora de labores de ganchillo y punto. Hasta hoy, no sabía que era «queer» pero sí sé que cuando la gente me veía picando una cata, haciendo mortero o colocando ladrillos, me miraban pensando. » una feminista» y cuando me ven haciendo ganchillo paso a ser una «retrógrada» y todo en el mismo dia. Lo que Sí soy es una mujer que hace lo que le gusta, sin importarle la etiqueta que le pongan los demás.
    Enhorabuena por el artículo

    • Hola Carmen. Me siento muy identificada, siiii, me gustan las mismas cosas y es tal cual como lo cuentas. Sí, nosotros felices, y el que no lo entienda… se lo pierde!!! Abrazo y gracias por comentar ( ‘‿‘)

  2. Muy curioso lo que acaba de escribir, si la gente la ve, poniendo ladrillos, es una feminista, y, si la ve haciendo ganchillo la califican de retrógada.
    Si es que la gente, tiene que criticar siempre.
    Qué dirían, por cierto, si vieran a un hombre haciendo costura.
    Muy bien, me parece perfecto hacer cursos de mecànica de automóviles, de dibujo, de costura, lo que sea.

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